My Say:

Bellas Durmientes: Queen Mab. La Partera De Las Hadas.

Me encanta buscar huevos Kinder en las obras de King. A veces son fáciles de encontrar. Otras en cambio, si te despistas lo más mínimo, si parpadeas, te los pierdes. Quiero hablaros de Eve Black, ese excepcional personaje venido de no se sabe dónde, y enviado por no se sabe quién.

Para refrescaros la memoria, Eve aparece justo en el momento en que en Dooling las mujeres comienzan a dormirse. Aparece haciendo una entrada triunfal, totalmente desnuda y ajusticiando a la primera escoria que se encuentra. Seguidamente se entrega a la policía en un acto planificado y se convierte en una pieza muy importante en la partida de ajedrez en que se convierte toda la historia. Sí, ella es la Reina del tablero. Exactamente la Reina Mab.

Y aquí está el momento clave que me ha permitido encontrar todo lo demás. En cierto momento se dice de Eve Black:

Evie había visto dinosaurios; había contemplado los grandes bosques de América desde los ojos de una paloma mensajera. Había entrado en el sarcófago de Cleopatra arrastrada por una corriente de arena del desierto y había acariciado el rostro muerto de la esplendorosa reina con las patas de un escarabajo. Un dramaturgo, un inglés sagaz, había escrito sobre Eva, aunque sus palabras no fueron del todo exactas. «La partera de las hadas. Su cuerpo es menudo cual piedra de ágata en el anillo de un regidor. Sobre la nariz de los durmientes, seres diminutos tiran de su carro…».

Y esta frase subrayada se quedó rebotando en mi cabeza nada más leerla. ¿A qué se referían King/Owen?

Tenía que escarbar en ella.

Una rápida búsqueda me llevó a Shakespeare. «La partera de las hadas» en su literatura (exactamente en Romeo y Julieta) es la Reina Mab. De ella dice Mercucio que «conduce su carro a través de las caras de personas durmientes y les obliga a soñar y a cumplir sus deseos».

 

Vamos bien. Comenzamos a ver relación entre Eve Black AKA Reina Mab con “Personas durmientes”. (Aquí abajo, el discurso de Mercucio por si quieres leerlo)

 

Sin duda te ha visitado la reina Mab, nodriza de las hadas. Es tan pequeña como el ágata que brilla en el anillo de un regidor. Su carroza va arrastrada por caballos leves como átomos, y sus radios son patas de tarántula, las correas son de gusano de seda, los frenos de rayos de luna; huesos de grillo e hilo de araña forman el látigo; y un mosquito de oscura librea, dos veces más pequeño que el insecto que la aguja sutil extrae del dedo de ociosa dama, guía el espléndido equipaje. Una cáscara de avellana forma el coche elaborado por la ardilla, eterna carpintera de las hadas. En ese carro discurre de noche y día por cabezas enamoradas, y les hace concebir vanos deseos, y anda por las cabezas de los cortesanos, y les inspira vanas cortesías. Corre por los dedos de los abogados, y sueñan con procesos. Recorre los labios de las damas, y sueñan con besos. Anda por las narices de los pretendientes, y sueñan que han alcanzado un empleo. Azota con la punta de un rabo de puerco las orejas del cura, produciendo en ellas sabroso cosquilleo, indicio cierto de beneficio o canonjía cercana. Se adhiere al cuello del soldado, y le hace soñar que vence y triunfa de sus enemigos y los degüella con su truculento acero toledano, hasta que oyendo los sones del cercano tambor, se despierta sobresaltado, reza un padrenuestro, y vuelve a dormirse. La reina Mab es quien enreda de noche las crines de los caballos, y enmaraña el pelo de los duendes, e infecta el lecho de la cándida virgen, y despierta en ella por primera vez impuros pensamientos.

Romeo y Julieta

Acto I, escena IV

Pero han sido muchos autores, no solo Shakespeare, los que han escrito sobre ella, y en algunos de esos escritos está considerada La reina de las hadas «que tiene un velo azul en su carro, el velo de los sueños, y que cuando un mortal sufre lo cubre con su velo y de este modo el mortal olvida sus males y recupera la alegría y la esperanza».

 

Así que ahora vemos de donde salió “el velo” que cubría las caras de las mujeres al dormirse.

 

Todas estas relaciones entre La Reina Mab de la mitología o folclore inglés y Bellas durmientes me fascinan. Demuestran esa vasta cultura que atesora la familia King. Pues han sido muchos los autores que han escrito sobre la Reina Mab ensalzada por Shakespeare, incluyendo a Rubén Darío o Garcilaso, pero dudo que haya alguno libro más (aparte de «Bellas Durmientes») de un autor nacido en el siglo XX que la incluya como personaje.

Pero aquí no acaba la cosa.

Ahora viene la segunda parte de toda esta búsqueda que me ha hecho explotar la cabeza.

Recordareis que en el libro hay un árbol muy importante. Es una “puerta” entre nuestro mundo y aquel donde despiertan las mujeres. Se describe diversas veces ese árbol y siempre se remarca que su cuerpo está compuesto por varios troncos trenzados.

El Árbol se alzaba bajo el sol como una torre de alta tensión viva, sus varios troncos trenzados
El tigre blanco salía de la hendidura de aquel árbol de múltiples troncos
…un Árbol— que surgía de la tierra en una maraña de un centenar de troncos entrelazados en un amplio e imponente surtidor de ramas, recubiertas de hojas colgantes y espirales de musgo

Mientras buscaba información sobre la Reina Mab me he topado con un libro del 2007. Muchos años anterior a Bellas Durmientes. En el que relaciona de alguna manera a La Reina Mab y a cierto árbol muy curioso…

Veis el árbol de la portada ¿no? Me sorprendería mucho, mucho, que fuera solo una coincidencia. Que existan dos historias totalmente desconectadas que tengan a la Reina Mab como personaje y que al mismo tiempo un árbol formado por diversos troncos trenzados sea parte importante del mismo (no, no tiene nada que ver con la mitología original).

Solo puedo imaginarme a Stephen u Owen King buscando información de la Reina Mab, y encontrando este libro; viendo el árbol y encajándolo en la historia. No se me ocurre otra. Y me maravilla creer que es así.

Bonus Tracks:

  • La novela épica de Herman Melville, Moby-Dick (1851), incluye un capítulo titulado «Queen Mab», y describe un sueño de Stubb, el segundo oficial del capitán Ahab.

 

  • Rubén Darío es otro de los autores que hace referencia a la Reina Mab, y que tiene una fuerte influencia de Garcilaso, el cual de manera inconsciente también habló de ella. A continuación, el texto de Rubén Dario.

…Entonces, la reina Mab, del fondo de su carro hecho de una sola perla, tomó un velo azul, casi impalpable, como formado de suspiros, o de miradas de ángeles rubios y pensativos. Y aquel velo era el velo de los sueños, de los dulces sueños, que hacen ver la vida color de rosa. Y con él envolvió a los cuatro hombres flacos, barbudos e impertinentes. Los cuales cesaron de estar tristes, porque penetró en su pecho la esperanza, y en su cabeza el sol alegre, con el diablillo de la vanidad, que consuela en sus profundas decepciones a los pobres artistas.

Y desde entonces, en las buhardillas de los brillantes infelices, donde flota el sueño azul, se piensa en el porvenir como en la aurora, y se oyen risas que quitan la tristeza, y se bailan extrañas farándulas alrededor de un blanco Apolo, de un lindo paisaje, de un violín viejo, de un amarillento manuscrito.

«Azul» (1888)

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